La gestión de la virtualización

La gestión de la virtualización hace referencia al software que conecta los entornos virtuales con el hardware físico fundamental para simplificar la administración de los recursos, mejorar los análisis de datos y optimizar las operaciones. Cada sistema de gestión de la virtualización es único, pero la mayoría cuenta con una interfaz de usuario sencilla, optimiza el proceso de creación de máquinas virtuales, supervisa los entornos virtuales, asigna recursos, recopila informes y hace cumplir las reglas automáticamente. Algunas soluciones, como la planificación de los recursos empresariales (ERP), incluso se integran a diferentes marcas de hardware y software, y permiten que los usuarios instalen el sistema de gestión que les resulte más adecuado.

En función de la diversidad y el tamaño de sus entornos, la experiencia de su personal de TI y los objetivos estratégicos que haya fijado, es posible que el software de gestión de la virtualización le facilite mucho las operaciones. Por supuesto, un solo administrador de sistemas puede gestionar un grupo de máquinas virtuales (VM) activas en una estación de trabajo de forma manual, pero en las implementaciones grandes que se aplican en toda la empresa, se necesita el software de gestión de la virtualización para que todos los sistemas funcionen de manera correcta.

Esto se debe a que las máquinas virtuales no se implementan automáticamente cuando se instalan los hipervisores: es necesario que alguien le indique al software lo que debe hacer. Esto suele incluir una combinación de cuatro obligaciones, que se multiplican cada vez que se activa una nueva máquina virtual.

Los entornos virtuales tradicionales son bastante sencillos, ya que contienen hardware físico y máquinas virtuales, pero puede ser muy difícil gestionarlos si hay demasiadas instancias.

Imagínese trabajar en un gran hotel, donde no solo es responsable de resolver los problemas de mantenimiento importantes, sino que también debe asegurarse en cada una de las habitaciones de que las luces estén apagadas, las puertas, con llave, y los grifos, cerrados. Se trata de tareas sencillas que realmente pueden tomar muchísimo tiempo. En tal caso, tendría dos opciones:

1. Revisar las habitaciones desocupadas, lo que le dejaría poco tiempo para resolver los problemas más grandes
2. Resolver los problemas más grandes, lo que le dejaría poco tiempo para revisar las habitaciones desocupadas

¿Qué pasaría si los enchufes, las cerraduras y los grifos se sincronizaran con una aplicación que se encargara de apagar las luces, cerrar con llave las puertas y controlar el flujo de los grifos en las habitaciones desocupadas luego de que los huéspedes se retiran del hotel? Le ahorraría tener que subir las escaleras, atravesar cada uno de los largos pasillos y abrir todas las puertas solo para llevar a cabo estas sencillas tareas, lo que le daría más tiempo para resolver los problemas de mantenimiento más importantes que no se pueden automatizar.

En esta analogía, cada habitación es una máquina virtual. Se vuelve difícil manejar las tareas de mantenimiento sencillas cuando se distribuyen en cientos de instancias. El software de gestión puede aliviar parte de esa carga que recae sobre los especialistas en TI para que ellos puedan encargarse de resolver los problemas más grandes que afectan a toda la empresa.

Los entornos híbridos están compuestos de dos o más entornos interconectados virtuales, de contenedores, de nube pública o privada.

Estas configuraciones son mucho más complejas que las de los entornos virtuales tradicionales, ya que cada obligación se repite de manera única. Imagínese todas las partes de un sistema típico de entretenimiento: el televisor, la decodificadora de señales de televisión por cable, el sistema de sonido y algunas consolas de juego, cada una con su propio control remoto. Nadie diría que manejar varios controles remotos sea una situación ideal. Por el contrario, solo la toleramos hasta que dedicamos el tiempo y el dinero necesarios para conseguir una aplicación que gestione todo el sistema desde una sola interfaz.

Lo mismo ocurre con los entornos híbridos: las nubes privadas no se protegen de la misma forma que las públicas, y poner en marcha las máquinas virtuales no es lo mismo que poner en marcha los contenedores. Por eso, son muchos los aspectos que debe considerar a la hora de elegir las mejores herramientas de gestión, para lo cual también debería tener en cuenta su nivel de experiencia, su stack de TI y su situación empresarial particular. Sin embargo, las herramientas adecuadas sí existen, y las mejores son aquellas que permiten unificar los entornos heterogéneos en una solución con capacidad de adaptación y que no dependa de ningún proveedor, de modo que los administradores de TI aumenten la eficiencia sin incrementar los gastos operativos.

Le conviene elegir Red Hat porque es mucho más fácil implementar la solución de gestión adecuada cuando se tienen todas las opciones a disposición, lo cual es posible gracias a la tecnología de open source. En cambio, si celebra un contrato con un proveedor que no admite el acceso al código fuente, solo podrá utilizar los recursos que sean compatibles con la plataforma de virtualización de ese proveedor o deberá buscar soluciones alternativas que requerirán mucho tiempo. Ese nivel de dependencia podría obligarlo a aceptar acuerdos de licencia empresarial cada vez más costosos que le impedirían implementar las tecnologías y las herramientas de gestión ideales.

Creemos que la virtualización empresarial debe ser abierta. Punto. Así que, adelante: revise, modifique y mejore el código fuente de nuestras tecnologías. Más del 90 % de las empresas que aparecen en la lista Fortune 500 confían en nosotros*, ya que una infraestructura virtual diseñada con nuestros productos y tecnologías prácticamente no tiene límites.